26 noviembre, 2021

LA CALLE ATAHUALPA


El jirón Prado se encontraba al extremo de la calle Gamarra, en un terreno que formaba parte del fundo de Santo Tomás De Villanueva, en las afueras de la ciudad, en el barrio llamado Chicago Bajo. Ese terreno se conoció luego con el nombre de Bella Aurora. Con el pasar de los años, el jirón Prado, que en su corto tramo iba paralelo a la la vía férrea de Salaverry, cambiaría su nombre por el de Atahualpa.



Me gustaría recordar cómo era la calle Atahualpa a fines de los sesentas, pero la memoria es demasiado ingrata. La Avenida España aún en plena formación, fue inaugurada recién en 1974. Yo vivía en la calle La Mar y para ir al centro de la ciudad o al trabajo siempre lo hacia por Atahualpa, tanto de ida como de regreso.

Cómo no recordar aquella pequeña casa con arco de yeso en la entrada; subí por su angosta escalera innumerables veces. Era el consultorio del Dr. Carlos Rodríguez Del Campo, quien me hizo las primeras curaciones dentales, aún niño. Fui llevado por Alicia una sola vez y luego aprendí a ir solo. Al terminar esa pequeña cuadra, para voltear a Sinchi Roca, había una gran puerta de madera en toda la esquina, quizá era una bodega o quizá otro tipo de negocio. Al frente, a la derecha, un edificio de cinco pisos y una academia.

Es probable que al comenzar la segunda cuadra de Atahualpa, haya existido un taller de reparación de artefactos, pero no lo diría con mucha seguridad. Después, siempre en el lado impar, recuerdo un gran portón, que sin duda fue un colegio o jardín de infantes.



Había un bar que identificaba y llenaba de música toda la cuadra. La dueña era una señora gordita, bastante activa y de alegre apariencia. Nunca entré a ese local pero recuerdo la rockola, el bullicio y a algunos parroquianos departiendo felices en el interior mientras otros ganaban la calle completamente alcoholizados. Recuerdo también en a un policía de apellido Loje y junto a ese bar a la familia Martell-Acevedo, que residía al fondo de un taller de carpintería. Al frente, la Iglesia Evangélica Metodista y tres puertas más allá la bodega Uchida. No recuerdo muy bien si en la otra esquina había una ferretería, pero sí recuerdo el taller de bicicletas donde atendía un señor de mediana edad acompañado de sus hijos. Inolvidable la peluquería de la cuadra tres, atendida por una entrañable pareja oriental.

Inolvidable también, la más grande y moderna casa de la cuadra, ubicada en la esquina con Av. Los Incas, propiedad de la familia Gamboa-Carranza. Pasé tantas veces por allí y mi recuerdo se centra siempre en un caballero mayor y en un automóvil estacionado a la entrada. Pero un día mis rutas cambiaron y el tiempo empezó a transcurrir. Cuando regresé, muchos años después, esta hermosa casa había sido demolida.

Me recuerda un querido amigo que no olvide mencionar los Caldos Amazonas, el bar de la familia Miller y los campeonatos de fulbito inter-calles (y hasta inter-cuadras) que se desarrollaban entre Atahualpa, La Mar, González Prada y otras conocidas calles de mi querido barrio Chicago.

Tendría yo unos diez u once años cuando nuestro grupo escolar eligió una casa para hacer un trabajo asignado por nuestro profesor de Primaria. Elegimos la casa de dos compañeritos, hermanos ambos, la cual estaba ubicada justo en la esquina de Atahualpa con LLoque Yupanqui, era la bodega Uchida, donde logramos hacer la tarea y fuimos muy bien atendidos por nuestros anfitriones : Italo y Franco.

Nunca tuve ningún problema cuando regresaba caminando tarde en la noche, incluso de madrugada por las calles que he mencionado, algo que en la actualidad sería imposible de hacer por la falta de seguridad.

Los años han pasado muy pronto... Sería emocionante tener fotografías de aquellos años, de toda esa gente y de todos esos lugares que conocí y recorrí en mi infancia. De aquellas casas, de aquellas calles, de aquel inolvidable barrio.



Esta Publicación está dedicada a :

FRANCO CARLOS GUERRERO DE LUNA UCHIDA †


CRÉDITOS :

Plano de Trujillo - Guía GAMIO (1929).

Imágenes en colage : Google Maps.

Historia Del Colegio SEMINARIO de San Carlos y San Marcelo - CONRADO OQUILLAS (Trujillo, 1925), Página 297.


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