30 octubre, 2017

INFIDELIDADES






I

Fue infiel aquella mujer madura tan bella y circunspecta a la que un día, mirándola a los ojos, el familiar hospedado en casa la tomó entre sus brazos y la hizo llegar al éxtasis, rompiendo la tranquilidad y respeto de toda una familia... Desde entonces, la vida en aquel hogar ya no fue la misma.

II

Fue infiel aquel hombre al que su amada esposa no pudo darle hijos y a la que siguió amando hasta el día en que ella le entregó su último suspiro, llevándose consigo el trago amargo de saberse engañada. Este hombre había cargado una existencia vacía sin un hijo por el cual vivir, pero quiso Dios bendecirlo con lo que más anhelaba. No obstante, aquel soplo de vida significó la última exhalación para él... 



III

Fue infiel aquella mujer cargada de angustias y poco vivir, con un hogar formal, un marido enamorado y dos hermosos hijos, a quien las amistades y Facebook le pintaban un mundo diferente fuera de aquellas paredes que la hacían sentir encarcelada y mal estimada, pero en realidad era ella la que no se estimaba. Empezó a rodar por incontables lechos sin encontrar nada, logrando sólo acrecentar el tamaño de su celda y quedando más descontenta que cuando inició sus clandestinos encuentros.

IV

Fue infiel aquel hombre pero por puesta de mano, pues hacía mucho tiempo que su mujer también había pensado en ponerle los cuernos; la tardanza fue más por falta de atrevimiento que de oportunidad. Cuando ella decidió besar otra piel ya él jugaba bajo las sábanas con un cuerpo que no era el suyo. Diferentes noches, distinto satén. En este caso, podría decirse que cuando el dinero y las buenas relaciones ingresaron por la puerta, el amor salió volando por la ventana. Entre discos, cassettes, viajes, sonrisas y dulces palabras, el cariño se convirtió en una cifra que multiplicada daba siempre cero... Y tanto cayó el aguacero que no les vino a servir ningún paraguas.



V

Fue infiel aquella mujer que entre tanto proyecto cultural, tanto viaje a Europa y tanta lectura, vino a reparar que el libro de su vida estaba totalmente descompaginado. Cuando intentó retomar las rígidas buenas maneras aprendidas en algún olvidado colegio de monjas, comprobó una vez más que una cosa es la teoría y otra muy distinta la práctica. Tanto trasnochar inventarios, tanto armar estanterías y tanto negociar con sus proveedores para luego haciendo una evaluación llegar a la conclusión que toda esposa tanto tiempo fuera de casa resulta dando caza... Fue entonces que pensó, mejor llevar a la cama un buen amante que un mal libro; es decir, mejor que cerveza un buen vino; o en pocas palabras, mejor que dos infelices, un cornutto.


CONCLUSIÓN

La vida está bordada de infidelidades. Cualquier parecido con la realidad, no es más que una cornamenta.


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