07 agosto, 2015

LA CHULA


Hoy te recordé, Chula. Recordé tu grácil figura detrás de aquel mostrador, tu risa contagiosa y tu estentórea voz, siendo siempre la callada protagonista de una vida que ha visto pasar muchos veranos. Tus recuerdos son de siempre, de toda una vida, de las reuniones en casa, de la risa y algarabía en las mañanas y acaso del llanto durante algún ocaso.

Disculpa que te llame así, Chula, pero sabes que lo hago con el mayor de los respetos. Resulta que siempre fuiste muy aficionada a escuchar radionovelas, aquellas clásicas actuaciones que cruzaban fronteras y surcaban el éter por aquellos años en que la televisión era aún incipiente. Eras de lágrima fácil oyendo aquellas historias, pero siempre lo hacías trabajando y desarrollando alguna actividad. Fue en ese instante en que Irma, mi prima, usó el término por primera vez, mejicanizando lo chula que te veías en todo lo que hicieses.

Tu piel morena nunca fue diferente para mí, Chula, pero sí tu corazón, que tenía mucho que dar, con esa envoltura y lazo que solamente guardan los regalos más significativos. Tus ojos eran como dos fulgurosas lamparillas que junto a tu sonrisa llenaban por completo todos los espacios donde estabas. Te recuerdo con mucho cariño y nunca olvido los bizcochitos con mantequilla a la salida del Jardín de Zela, que los pequeños sabíamos apreciar y que se sumaban a tu cariño y al cariño que siempre nos sobraba en casa. Por eso y por muchas otras cosas te recuerdo hoy, después del café, en esta tarde de Diciembre.




Los años fueron pasando. Los niños íbamos creciendo y festejando las veces en que, con tu delantal puesto y con esa sazón sin igual, te apoderabas completamente de la cocina. Sorprendidos y desde la ventana, te veíamos preparar con tesón aquellos bocadillos y tónicos naturales que nos dabas y que no siempre tenían buen sabor; aunque huíamos al adivinar tu intención, jamás te decíamos que no y sólo nos limitábamos a abrir la boca y recibir nuestra ración.

Nunca me gustó usar sortijas, Chula, pero aún conservo como un tesoro aquella que me obsequiaste. Te contaré que hoy me la puse. Estuve observando por un minuto mis pálidos dedos y he recordado muchos momentos junto a ti, cuando todo era felicidad, aquellos años jóvenes siempre en nuestra vieja casa.

No sé cuándo ni de dónde empezó a caer tanta nieve sobre tu cabello, ni cuándo el ruido de la lluvia te empezó a distanciar, Chula. Y te dejabas extrañar. En esa cercana lejanía, te imaginaba tejiendo añoranzas en un empolvado desván a tus noventaitantos años, sentada en un destartalado sillón y con la mirada perdida. Pero por un instante también imaginaba que un recuerdo aireaba esos pequeños fogoncillos tan humedecidos por la nostalgia y que tu risa volvía a ser la de antes, aquella misma risa que lo llenaba todo, absolutamente todo.






ROSA BELÉN MIMBELA HERRERA, nació el 23 de Enero de 1921. Era la única hija de don Alberto Mimbela y de doña Natalia Herrera Valencia, ambos trujillanos. / Su madre falleció a los 31 años, seis meses después de traerla al mundo. / Contrajo matrimonio con Humberto Alfonso Rodríguez Tisnado, el 27 de Noviembre de 1958. / Falleció el 13 de Diciembre del 2014.



Fotografía de mi Colección Personal.
Sillón Con Delantal, imagen tomada de Jorge Bayo Blog, "Trabajando Sin Rumbo".


Fecha original de esta publicación - Agosto 6, 2011.
Revisión : 07/08/2015 - 28/12/2021.



5 comentarios:

Irma Rodríguez dijo...


...........quisiera aprovecharme de tus líneas y ampliar lo escrito... pero mi corazòn sufrió al verla sola, en una silla de ruedas, esperando consulta...... de verdad..... tengo tantas preguntas y un solo sufrimiento.... Un beso Jorge y gloria a Dios con tu sensibilidad.... Irma
6 de agosto de 2011, 20:54 (Fecha original de este comentario)

Verónica Moreno dijo...


Me hiciste pensar mucho Jorge, en la tia que tanto quisimos y decidio alejarse, sin tomarse un momento para pensar en lo que significaba para nosotros. No quise pensar en ella para no empezar a imaginar porque, cuando o como fue que ella decidio hacer eso. Seguire creyendo que fue algo fisico principalmente, algo que ella no podia controlar, porque despues de esa cirugia nunca volvio a ser la misma. Ojala ella tuviera la oportunidad de leer lo que le escribimos, pero creo casi imposible eso, solo quiero decirle que la quiero mucho y siempre estara en mi corazon, de ahi no saldra nunca, porque siempre que la recuerde sera como parte de la familia y con ese cariño que la caracterizaba. Vero
7 de agosto de 2011, 17:49 (Fecha original de este comentario)

Mercedes Rodríguez dijo...


La Chula no la conocia por ese nombre anoche la soñe y hoy en un impulso la fui a visitar espere un largo rato hasta q porfin me abrieron la encontre desayunando y como siempre me recibio muy alegre con esa sonrisa de siempre que es como la recuerdo,conversamos de todo un poco y en especial de su salud que por cierto yo la vi muy recuperada,animada,con la confianza de volver a caminar y dejar la silla de ruedas .La tia Belen cuando me acuerdo de ella me viene a mi mente una mujer alegre cantarina coquetona ,en la cocina o degustando hasta el ultimo huesito, era dadivosa a mi tambien me regalo un anillo de oro muy bonito .Ahora ella se conforma con los designios de Dios quiza por eso tiene ese optimismo y ese apego a la vida .Solo debemos darle gracias a Dios y aceptar la voluntad de El porque las cosas que pasan en nuestras vidas es por algo solo Dios lo sabe,que lo triste no nos haga olvidar lo bueno Meche
8 de agosto de 2011, 14:06 (Fecha original de este comentario)

Elsa Rodríguez dijo...


Hace poco Yrma me comentó de cómo vió a la sra. Belén, a partir de ese día la recuerdo más que nunca, pues siempre la tengo en mi memoria, y cómo no hacerlo si estuvo ligada a mi vida por muchos años. Tengo tantos recuerdo bellos de ella, sobre todo esa disponibilidad y energía para acompañarme a donde yo le dijera, su comida exquisita, sus consejos, sus regaños cuando algo hacia mal... son tantos recuerdos lindos, que opacan a cualquier situación negativa que se hubiera presentado, además la perfección no existe. Sra. Belén, siempre tendrá un lugar privilegiado en mi recuerdo y corazón, y por donde voy siempre enuncio su nombre, su persona, sus buenas acciones. Jorge, tienes el privilegio de siempre sacarme una lagrimita y revivir mis recuerdos de niñez, juventud. Y como dice Vero, ojalá y ella pudiera leer el reconocimiento que hacemos de su persona. Un abrazo.
9 de agosto de 2011, 12:14 (Fecha original de este comentario)

Anónimo dijo...

....Volvamos a ser como antes (me dijo un día que la visité)....creo que fué demasiado tarde, pues el mundo ya había dado muchas vueltas....